Un escenario prospectivo del metro y la movilidad en Bogotá al 2030

Un escenario prospectivo del metro y la movilidad en Bogotá al 2030 ^*

Yezid Soler Barbosa. 

Presidente Asociación de Economistas de la Universidad Nacional. 

Director de la Red Colombiana de Prospectiva

PhD en Pensamiento Complejo. Multiversidad Mundo Real Edgar Morin - California University.

Llegamos al día sin carro en el 2030, año oportuno para evaluar uno de los escenarios, que surgió como resultado de tres décadas de políticas en materia de movilidad urbana en Bogotá, con cerca de 8,5 millones de personas al finalizar la década, según las proyecciones del DANE.

En lo corrido de los últimos años, mientras se discutían diversas alternativas y se construía el metro, los actores de la ciudad fueron adoptando decisiones para solucionar efectivamente el problema de la movilidad. 

Una parte de la población ocupada, optó por conseguir empleo cerca de la vivienda para economizar los gastos en transporte y evitar las congestiones y los hurtos, de manera que, según la Encuesta de Calidad de Vida del DANE, el porcentaje de la movilidad a pie pasó del 15% en 2011, al 20% en 2022 y al 25% en 2030.  De esta manera, con el Trabajo de Cercanías, se ha consolidado una nueva forma amable de vivir la ciudad.  De igual forma, los ciclistas aumentaron de 440.000 en 2023 a cerca de 800.000, gracias a la ampliación de la red de ciclo rutas de 600 km a 1000 km en 2030.  

El anterior impacto positivo se vio favorecido, con las Mipymes que generan buena parte del empleo de la ciudad, las cuales optaron por contratar empleados que vivan en las localidades, cerca de su área de influencia, y así cuentan con trabajadores menos estresados por las jornadas de transporte, lo cual aumentó el rendimiento y la productividad empresarial y ha consolidado la estrategia de ciudad de 15 minutos, que también se adelanta con éxito en París y varias ciudades de Europa. 

Otras empresas y entidades del Estado, aprovecharon las lecciones aprendidas durante la pandemia COVID19, que aceleró la trasformación digital, y realizaron una selección de puestos tele trabajables, En conjunto, gracias a las nuevas estrategias de las empresas y entidades del Estado, la Encuesta de Calidad de Vida del DANE reveló que el porcentaje de personas que manifestaron haber trabajado en modalidades de teletrabajo o trabajo en casa pasó de  7.5% en 2011, a 33% en 2021 y a 43% al finalizar la tercera década del siglo.  De forma tal que cerca de 395 mil empleados van dos o tres días a los lugares de trabajo y los demás días están laborando en sus casas, fortaleciendo así el paradigma de economía digital, que tiende a reducir los costos a cero. 

Un tema sorprendente a lo largo de estos años, fue el cambio de actitud de la mitad de los dueños de automóviles particulares, cerca de 700.000, que decidieron dejar de usarlos individualmente y optaron por firmar contratos con las empresas de renta de vehículos y entregarlos, fortaleciendo así el modelo la economía colaborativa.  Ahora, es posible que las mismas compañías Rent-a-car los arrienden a los viajeros a otras ciudades de Colombia, a los turistas de exterior, y a los mismos dueños, con descuentos preferenciales.  

De otra parte, en los últimos años, se chatarrizaron todos los automotores viejos y alternativamente el número de taxis aumentó de 50.000 en 2023 a 100.000 en la actualidad, y con este 3% del parque automotor, la prestación de este servicio público se encuentra en condiciones adecuadas para satisfacer la demanda, como se ha constatado en los días sin carro, en los cuales la velocidad promedio es de 28 km/h.  

Los padres y madres de familia han optado por matricular a sus hijos en colegios cerca de las viviendas, de manera que hoy en día son menos los niños sometidos a las jornadas extenuantes del transporte.  Por su parte la Secretaria de Educación Distrital adoptó la política de matricular los estudiantes que vivan cerca de las instituciones educativas y de ubicar a los profesores con el mismo criterio, y así el porcentaje de niños que va a pie a estudiar aumentó del 65% en 2022, al 85% en 2030, con lo cual se incrementó sorprendentemente el rendimiento escolar y la calidad de vida.  Es satisfactorio constatar que el tiempo de desplazamiento de la población, pasó según la Encuesta de Calidad de Vida, de un promedio de 47 minutos en 2021 a 30 minutos este año de 2030, con un alivio del estrés, el mal genio y una mejor calidad de vida de los bogotanos.  

Las anteriores medidas adoptadas por los diversos actores sociales de Bogotá, contribuyeron a reducir la carga de pasajeros transportados en el sistema público. Se recordará que, en el día sin carro en 2023, el Sistema Integrado de Transporte Público movilizó un total de 3.9 millones de usuarios.  En contraste, en 2030, al adoptar las estrategias de trabajo de cercanías, trabajo en casa, teletrabajo y bicicletas, se bajaron del Sistema Integrado de Transporte - SITP 1.2 millones de pasajeros, y solo se suben 2.7 millones de usuarios.  

También, al dejar de utilizar menos medios motorizados de transporte, se han reducido los niveles de contaminación acústica y ambiental, lo que ha sido una medida preventiva favorable a la economía verde que, repercutido saludablemente en la disminución de los casos de enfermedades bronco respiratorias, y cardiovasculares y las defunciones por estos motivos.     

Todo lo anterior demostró en la práctica que, cuando se quiere, se pueden cambiar chips y paradigmas mentales, rompiendo trayectorias de tendencias y demostrando que, frente a problemas complejos, no es suficiente un Mega-proyecto único, sino que deben ensayar y ejecutar múltiples soluciones, no solo mecánicas, sino sociales.  Esto ha garantizado que se cumplan varias de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030.  

En cuanto al metro, en su primera línea, desde que las obras iniciaron en el año 2021 en el patio taller, y por los problemas de enfoque entre los gobiernos en 2023, no se ha terminado de construir los 23.9 km en este año de 2030. De igual forma ocurre con la línea 2 que está aún más retrasada.   Según la Empresa Metro, se prevenía una movilización de 1 millón de pasajeros, pero los anteriores retrasos no han tenido impactos negativos, debido a que las estrategias ejecutadas por diversos actores sociales de Bogotá, lograron reducir en 1.2 millones la cantidad de pasajeros motorizados hasta la fecha.    

Lo que si ha despertado malestar entre los futuros usuarios del metro es el anuncio de la Empresa sobre la tarifa que en el año 2017 la divulgó en $3.300 por trayecto y ahora se duplicó al llegar a $ 6.600, lo cual equivale a un gasto mensual del 22% del salario mínimo, lo que golpea la canasta familiar y recuerda lo que ocurrió al respecto en Santiago de Chile en octubre de 2019. Se han presentado también protestas y demandas de los vecinos de los corredores del metro, por la pesadilla del ruido causado por el galope metálico de los vagones y las vibraciones que están deteriorando las edificaciones y afectan la intimidad.  

También ha desatado una inconformidad más generalizada, por el exagerado aumento en el costo de la primera línea del Metro de Bogotá, que pasó de $12.9 billones según documento CONPES 3900 de 2017 a $25 billones en el año 2030. Otro tanto ocurre con la segunda línea del metro que pasó de 33 billones en 2022 a 42 billones en 2030. Estos costos se han agravado porque más de la mitad del pago, no es para las obras civiles, sino para financiar intereses de la odiosa deuda para financiar el metro, lo cual ha sido duramente criticado por las diversas regiones de Colombia que viven en pobreza extrema y requieren inversiones sociales y generación de empleo e ingresos.  

* Las cifras estadísticas hasta el 2023 son reales, las del 2030 son proyecciones estimadas.